Va
siendo una (pésima) costumbre instalada en el lenguaje oficial de las autoridades o representantes
de los poderes públicos – Presidenta, Ministros, Alcaldes y otros – que ante
los desastres naturales hablen de la ayuda que viene en forma de “maquinaria”
e “infraestructura o recursos” del lado de la EMPRESA PRIVADA. Por no decir
que nuestras autoridades salen corriendo a pedirles su ayuda, pues saben que el
Estado-empresa o gestor como le
llaman y funciona en la actualidad, no cuenta con estos recursos (¿?).
Hasta
donde sé, y pueda que sepa mal, no se lee en ninguna parte de la CONSTITUCIÓN DE NUESTRA REPÚBLICA que
sea la empresa privada quien tenga que “brindarnos protección y
seguridad social" ante los distintos riesgos (naturales o sociales) que
enfrentamos como sociedad en el día a día.
Del
cruce de ambas situaciones, surgen en mí interrogantes tales como: ¿qué pinta
el Estado y sus instituciones, en su papel de primer actor, en la atención y
resolución de aspectos básicos y fundamentales en la buena vida de nuestra
sociedad – salud, educación, vivienda, trabajo, desastres naturales, y un largo
etcétera –? ¿Es acaso el Estado, quien nos debe proteger a todo evento, un
rehén o simple colaborador de las políticas de las empresas que trabajan en
pro de su propia GANANCIA INDIVIDUAL, y donde por convención ideológica lo
social o lo público no tiene cabida? ¿Puede un Estado y sus representantes,
bajo estas nuevas reglas del juego imponer condiciones o límites a las empresas
en distintos asuntos relacionados con el bienestar de las personas y sus
comunidades: elevar las tasas de impuestos y tributación, imponer una legislación
favorable a la preservación del medioambiente y nuestras culturas ancestrales,
por ejemplo? ¿Por qué el Estado actúa tan diligentemente en asuntos del “cobro
de impuestos” a la clase media y no lo hace de la misma manera en este tipo de
desastres? Creo, la respuesta es un NO en mayúsculas, pues el orden del juego o
de las piezas ha sido alterado en función de la búsqueda del puto interés
privado.
Sugiero,
por sí no me hacen mucho caso, revisar lo que pasó en Estados Unidos con el huracán
KATRINA en 2005 (o huracán) que afectó a las costas, y la población de Luisiana
o Missisipi. Simplemente porque el “Estado” en EE.UU, frente a este tipo de situaciones
relativas a la protección social y de los pobres, es prácticamente inexistente.
A tal punto que fue la empresa privada, WALMARK en concreto (el de los supermercados
LIDER en Chile), quien dispuso de transporte y alimentos para los afectados
ante la INACCIÓN o falta de medios del Estado y sus instituciones. A este tipo
de consenso o de serias limitaciones impuestas de “arriba hacia abajo” en las
condiciones básicas de una población o sociedad, es lo que ahora le llamamos
tan ligeramente “responsabilidad social”.
Digo
yo, “responsabilidad social” de qué tipo y para qué o con qué fines.
Lo
dicho,
Profesor Miguel