BIOGRAFÍA DEL AUTOR

En el mundo acelerado, frío e impersonal, repleto de incertidumbres y tensiones en que nos toca vivir, el experto en ciencias políticas y sociales Miguel Arismendi G. aporta una mirada propia, profundamente cuestionadora y crítica de la realidad, de nuestra realidad actual, la de nuestros espacios de vida. Un análisis sin apego a dogma, receta u ortodoxia alguna sobre los temas o asuntos más calientes y/o controvertidos de la actualidad local, nacional e internacional.
Veinte años de experiencia y estudio en el complejo mundo de las políticas públicas y sociales, avalan sus opiniones.

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viernes, 22 de noviembre de 2013

El caso HORVATH, y el descrédito de la política profesional y de los partidos tradicionales en Chile: un sistema en franca descomposición.


El senador de la derecha, HORVATH de la región de Aysén, ha sido abducido (desviado) por el centro o el NUEVO BACHELETISMO. 
Hemos oído y leído de las "rajadas" de ultísima hora del senador de la derecha, HORVATH de la región de Aysén, de la desviación de su manada natural sufrida a manos del centro o el NUEVO BACHELETISMO.

Usted, como persona sensata e informada de los sucesos ocurridos en el mundillo de la política institucional, y de los hechos alrededor del proceso eleccionario del 17-N, legítimamente se preguntará: ¿Cómo es que este señor – Horvath – no se dio cuenta antes de las coincidencias programáticas entre él y el NUEVO BACHELETISMO? ¿Puede este caso de la alta política profesional y partidista, dejar aún más evidencia las cercanías o paralelismos ideológicos y de proyecto de desarrollo-país entre la derecha y el NUEVO BACHELETISMO? Y, por qué no, la afirmación de la inexistencia de diferencias en los enfoques sobre el modelo institucional y desarrollo sustentados por una y por la otra. Para el caso, la condición de género en éstas - lo cual nos han intentado vender de forma artera y demagógica durante todo este último tiempo -, poco o nada importa en los rendimientos y resultados políticos.

Decir que estas pésimas y repugnantes actuaciones políticas contribuyen aún más a la desorientación y confusión de los ciudadan@s. A afear y postergar, sin duda alguna, la esperanza de alcanzar en algún grado y en el mediano plazo la buena, decente y digna actividad política tan necesaria como urgente para lograr ese postergado e inconcluso desarrollo de derechos de ciudadanía en el Chile de hoy.

Al hilo de este comentario, sugiero al ex-candidato a la presidencia en las elecciones del 17-N, Sr. A. Sfeir, a no escuchar los cantos de sirena (o "caramelito" envenenado con transgénicos, ya que está tan de moda el término) del NUEVO BACHELETISMO el Ministerio del Medioambiente. Aquí, en el proceso corto de cara a la segunda vuelta del 15-D, no se trata de aceptar los ofertones de última hora o a la desesperada en quienes desean a toda costa ser gobierno, y gobernar Chile y sus ciudadanos durante cuatro años: sin control ni regulación ciudadana alguna en cuestiones esenciales para el interés colectivo o bienestar general. La captura y fidelización del voto minoritario tiene tras de sí un único fin, un fin declaradamente instrumental o utilitario, asegurar el triunfo cueste lo que cueste dando garantías institucionales reales al modelo (de libre mercado o neoliberal) para su continuidad y perpetuación.

Se trata Sr. Sfeir-Claude-Enríquez, si ese interés real existe por parte del conglomerado del NUEVO BACHELETISMO, de utilizar la oportunidad (o su capital escaso de votos) para “re-escribir” a la brevedad el programa de gobierno y de gobernabilidad con los postulados de “la izquierda de la izquierda”. Sólo de este modo, se estará en condiciones de asegurar y garantizar - en alguna medida - los cambios en el modelo institucional reclamados por la parte gruesa de la sociedad chilena, en la calle y en el abstencionismo electoral observado el 17-N .


Lo dicho.

Profesor Arismendi Gr.

viernes, 18 de octubre de 2013

La fábula de las abejas, y la caverna del capitalismo chileno.

"Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado" K. Marx (El Dieciocho Brumario de Luís Bonaparte. Capitulo 1)

Hace tiempo que quería hablarles de Bernard Mandeville, autor de La Fábula de las Abejas (1714). O de los “vicios privados” se hace la “prosperidad pública”. Este connotado político, investigador y economista, realizó en su época una valiosa contribución intelectual a la Economía y la Moral, especialmente por la sátira política retratada en esta obra. Su visión, sobre los fenómenos sociales ocurridos en la Inglaterra de la época – el hombre, la sociedad y las instituciones  -, ha superado las fronteras del tiempo cobrando plena vigencia en los tiempos que corren, en los tiempos de la sociedad chilena del 2013.
La perspectiva es crítica, de alerta y denuncia con lo que actualmente ocurre en nuestro país, la “caverna del capitalismo”. En lo esencial, porque es posible establecer paralelismos entre lo que nos toca vivir como sociedad y los inicios del Estado (ultraliberal) moderno, y la revolución industrial del S. XVIII en Europa.
La fábula bien puede trasladarse como un ejemplo paradigmático del déficit ideológico y discursivo que acompaña no en exclusiva a la clase política de nuestro país, sino también al conjunto de nuestras instituciones. Las instituciones (el Estado, y sus poderes) y representantes políticos que como sociedad nos han conducido hacia la articulación de las relaciones sociales más esenciales en torno al mercado (la mano invisible, en el lenguaje de A. Smith) o la odiosa doctrina del laissez faire.

Dinero, crédito, especulación, enriquecimiento, fraude, mentira, corrupción, egoísmo, codicia, etc., se contemplan como fenómenos positivos e inevitables a los tiempos actuales venidos de los ideales del mercado. Ideales e ideología que tan eficiente y eficazmente inspiran la acción de las instituciones y de la actividad política: para sus defensores, son el corazón del progreso y del beneficio público. La defensa de la sociedad comercial, del mercado y del negocio se lleva a cabo desde distintos puntos de vista, con distintos argumentos y con diferentes estrategias y tácticas (los incentivos y/o estímulos) producto de la acción manipuladora de quienes toman decisiones, poseen  e intentan por todos los medios continuar o hacerse con el poder.
La fábula, que no tiene desperdicio alguno, reza así:
"Había una colmena que se parecía a una sociedad humana bien ordenada. No faltaban en ella ni los bribones, ni los malos médicos, ni los malos sacerdotes, ni los malos soldados, ni los malos ministros. Por descontado tenía una mala reina. Todos los días se cometían fraudes en esta colmena; y la justicia, llamada a reprimir la corrupción, era ella misma corruptible. En suma, cada profesión y cada estamento, estaban llenos de vicios. Pero la nación no era por ello menos próspera y fuerte. En efecto, los vicios de los particulares contribuían a la felicidad pública; y, de rechazo, la felicidad pública causaba el bienestar de los particulares. Pero se produjo un cambio en el espíritu de las abejas, que tuvieron la singular idea de no querer ya nada más que honradez y virtud. El amor exclusivo al bien se apoderó de los corazones, de donde se siguió muy pronto la ruina de toda la colmena. Como se eliminaron los excesos, desaparecieron las enfermedades y no se necesitaron más médicos. Como se acabaron las disputas, no hubo más procesos y, de esta forma, no se necesitaron ya abogados ni jueces. Las abejas, que se volvieron económicas y moderadas, no gastaron ya nada: no más lujos, no más arte, no más comercio. La desolación, en definitiva, fue general. La conclusión parece inequívoca: Dejad, pues, de quejaros: sólo los tontos se esfuerzan por hacer de un gran panal un panal honrado. Fraude, lujo y orgullo deben vivir, si queremos gozar de sus dulces beneficios".



Demás está advertirles de lo conveniente de profundizar críticamente en esta elocuente fábula, fuente original del pensamiento y acción del capitalismo moderno. Ese modelo de sociedad en el cual nos hallamos situados y lo envuelve todo hoy en día, en Chile. De su evolución y desarrollo histórico, para tener una mejor comprensión de la realidad conocida y vivida, y construir un pensamiento más crítico y estimular una ética y unos valores más solidarios en nuestras acciones sociales y políticas cotidianas.

Miguel Arismendi G.
Editor de,“creando crítica, formando opinión pública para una nueva sociedad política”

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domingo, 13 de octubre de 2013

El dilema social de la confianza en los electores-ciudadanos, y el discurso político carente de contenidos y/o ideas reales.


"Háblame para que yo te conozca", Séneca

"Si la política es alejada de las fuerzas de las ideas, se convierte única y exclusivamente en el ejercicio del poder",  A. Illia

En días recién pasados tuve la oportunidad de intercambiar algunos conceptos con un candidato a consejero regional, por el PPD y representante del Nuevo Bacheletismo (o Nuevo Centrismo), de la ciudad de Osorno. Este mini debate, por cierto muy instructivo y clarificador, ocurrió en la red o Internet. O si lo prefiere en facebuke, como le digo yo. 

¿Cuál fue mi interés intelectual y en mi papel de ciudadano-votante acercarme a este señor con el fin de realizar un intercambio de opiniones por este medio?
Bien, hacer un llamado de atención a tod@s y cada un@ de los “candidatos a algo”, a lo siguiente: i) moderar el discurso para que éste no sea falaz, ii) a precisar el lenguaje, iii) a hablar con claridad mediante el uso adecuado de los términos, y sobretodo, iv) que el contenido lingüístico vertido de sus bocas tenga alguna relación con el contenido real o la realidad: los hechos sociales e históricos, del presente y del pasado, que los obligan (o los atan en lo bueno y en lo malo) y los hace responsables.

Uno, quizás “algo más ilustrado”, se va cansando de oír y leer tanto mensaje oral (o verbal) y escrito sobre cuestiones o planteamientos de esta gran masa de postulantes a un “cargo de seis cifras” (con sus debidas comisiones) insostenibles por sí mismos: discursos huecos. O son ilógicos de todo punto de vista, pues van justo en la dirección opuesta a la razón o la sensatez de quien se dice desea detentar "responsabilidades de representación pública"; por ponerlo en cristiano, planteamientos o afirmaciones “sin patas ni cabeza”.

En esta acción preliminar, la de mostrarse ante los electores, más que singular debido a la locura más extrema que envuelve las mentes de estos candidatos en la posibilidad cierta o no de acceder a cuotas de poder en un cargo político-institucional (Consejero,Diputad@, Senador(a), Presidente(a)), se ve amplificada por los medios de comunicación. La lógica sensacionalista de estos medios contribuye poderosamente a favorecer el clima de malas prácticas o malos comportamientos erráticos, donde la distorsión del “TODO VALE” ocupa un papel central.
Cito dos ejemplos. El primero. Un medio de comunicación de la prensa digital en Osorno ponía en uno de sus titulares de esta semana: “la izquierda osornina se vuelca con el candidato Salvo”. Yo me pregunté, en ese instante, soy yo un izquierdista donde los haya o convencido, pero en ningún momento me he volcado o simpatizo con este señor y lo que dice representar. Ahora bien, bastaría sólo un efectivo (o votante) no coincidente con la afirmación de este medio de comunicación como para que ésta sea “falsa” o se aleje absolutamente de toda realidad. K. Popper, uno de los más connotados científicos sociales que parió el siglo pasado, escribió en 1974 sobre lo inconveniente e ilógicas de las generalizaciones empíricas en ciencia, pero también en todo orden de cosas: lo selló en su famoso y conocido enunciado de "TODOS LOS CISNES SON BLANCOS". 
Segundo. Un señor candidato a consejero regional, después de pasar por algunos medios de comunicación, publicaba en el facebuke: “hemos hablado y seguimos sumando”.Ante tales dichos, me vi en la obligación de pedir alguna aclaración de conceptos. Le señalé, usted lo que ha hecho ha sido en rigor “plantear” unos argumentos a la comunidad (su programa, y los de su grupo político-partidista) o a quien o quienes hayan querido oírle. Pero malamente se puede decir o afirmar que después de esta acción se ha “sumado”. 
¿Quién o quiénes con los pies en la tierra estaría en condiciones de afirmar semejante barbaridad? Quizás CASANDRA, la profetisa griega o NOSTRADAMUS, un adelantado a sus tiempos. Y, pocos más.
Esto, en Psicología, se le llama EFECTO MARCO. Un efecto muy conocido entre los publicistas y especialistas en marketing. En Economía, se le denomina INFORMACIÓN ASIMÉTRICA, y en Sociología, el VELO DE LA IGNORANCIA.

Por cerrar, igual caso ocurre con lo que en los procesos electorales va siendo una (execrable) práctica acostumbrada de los candidat@s a algún cargo de "interés público, personal y partidario" para quedar bien de cara a la galería. El firmar papeles a destajo (o testaferros), ante la comunidad y en presencia de dirigentes sociales subordinados al poder que se prestan o son parte activa del anuncio publicitario, con (pseudos) compromisos y obligaciones a las cuales se compromete de salir elegid@. Compromisos y obligaciones que más tarde, no van a ningún sitio o se desdibujan con el paso del tiempo. Ejemplos o hechos abundan, en el Chile del sistema democrático!

La teoría y la ciencia política moderna nos ha propuesto algunas fórmulas y/o estratégicas para poner freno al desprestigio en que ha caído el oficio de política y la política a manos de la “corrupción política” – el uso ilegal del oficio político para el beneficio personal (Theobald, 1990), que como cultura institucional ha estado gatillado por la acción de los señores de la política (representantes públicos) y los partidos ligados al poder. La estrategia consiste en HACER PÚBLICO EL “PATRIMONIO PERSONAL DE LOS CANDIDAT@S”: pues uno bien podría interrogarse acerca de cuánto dinero a día de hoy han gastado o despilfarrado algunos candidatos – el Sr. Quinteros del PS, por ejemplo, en publicidad política. Para aquellos que ganamos cifras de menos de seis dígitos o para la gente que habita viviendas sociales, esto representa una ofensa a la moral y a la ética pública. O quizás, hasta "morboso".
Ahora bien, el caso es saber si él o ella –candidatos o representantes de los ciudadanos - ha acumulado o no BIENES (vehículos, propiedades, participación en empresas públicas o negocios privados), RIQUEZA o DINERO durante el ejercicio de la política y haciendo uso (o mal uso) de un cargo de representación ciudadana: Senador, Diputado, Consejero, Alcalde, por ejemplo. Acumular riqueza o bienes en política viniendo de representantes de partidos progresistas, sepa usted, resulta ser una contradicción vital y bestial.
La medida, de accountability (responsabilidad pública y política), debiera ser una exigencia normativa (constitucional) absoluta y una regla de transparencia (o de oro). Esto, con el fin de devolverle la confianza y la seguridad a los electores pagadores de impuestos (o ciudadanos) en el buen hacer del político y de la política.

La política es y será siempre - lo dijeron los filósofos griegos, en la antigüedad - un BIEN PÚBLICO y COLECTIVO-COMÚN. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad su cuidado y vigilando en cuanto a su ejercicio en quienes la practican.
El resto sobra, es mera poesía, cantos de sirena, papeles mojados o un saludo a la bandera a prueba de ilusos e ignorantes en el campo del ejercicio del poder, en la toma de decisiones político-públicas y en el uso (bueno o no) de recursos públicos.


MiguelArismendi G.
Editor de, “creando crítica, formando opinión pública para una nueva sociedad política”



domingo, 6 de octubre de 2013

Los problemas de la socialdemocracia chilena, y el proselitismo en pleno curso de la campaña.

Este artículo analiza la situación del proceso electoral en Osorno-Chile, y muy en particular la del conglomerado del NUEVO BACHELETISMO, cuya evolución tiene muchas semejanzas con el comportamiento de los partidos de la derecha. Este artículo presenta algunos hechos, donde se da cuenta de esta cuestión.

El comportamiento observado durante los últimos años de los partidos aliados con el Nuevo Bacheletismo se presenta como signo de grandes dudas y opacidades respecto a la posición progresista que dicen defender.

¿Podemos confiar en ellos, en los candidatos del NUEVO BACHELETISMO, endosándoles nuestro voto, sin caer en lo que se entiende como RIESGO MORAL (moral hazard) o en el AUMENTO DE LA INCERTIDUMBRE Y LA INSEGURIDAD PERSONAL-FAMILIAR-COLECTIVA?
(Lo del "riesgo moral", es con apego a la corriente científica de la Teoría de Juegos No Cooperativos).

Los hechos o eventos ocurridos entre 1990 y 2010 en materia político-institucional imponen la ruta casi obligada de la reflexión siempre desde un pensamiento "crítico" (no conformista, no acomodado ni menos pusilánime) de desaprobación y disentimiento fundado en el cometido exhibido.
Decir de entrada, queda la percepción de que el bloque de partidos, y de representantes a los distintos cargos de representaciones ciudadana en 2013 – concejeros regionales, diputados, senadores, presidente – por el NUEVO BACHELETISMO (discúlpenme por el aforismo empleado), ha hecho más por “restar bienestar y derechos sociales a los ciudadan@s” que la propia derecha. Esto, proporcionalmente hablando del tiempo en que uno y otro han permanecido en el poder, es empíricamente correcto pero no se refleja por parte de los medios afines: es causa de la gran manipulación de las noticias.
Por utilizar alguna metáfora, el conglomerado concertacionista “ha sido más derecha que la propia derecha” al dejar claramente – en los hechos puros y duros – establecida su manifiesta predilección u orientación ideológica hacia el MERCADO o de la COMPETENCIA SALVAJE en la organización e implementación de las líneas de acción político-institucional impulsadas durante las últimas dos décadas. Buen ejemplo de esto, son los flacos resultados conseguidos en materia macro y micro económicos (PIB, ingresos autónomos, creación de empresas, niveles de pobreza y exclusión social, problemas medioambientales, desempleo y empleo informal, etc.) conseguidos por las regiones, provincias y comunas en el período 2000-10. Regiones donde han gobernado con este tipo de políticas, el conglomerado de partidos socialdemócratas y democristianos (liberal-conservadores).
Algunos de los hitos presidenciales de la concertación, y la mayor contradicción de la socialdemocracia chilena.

Para dar cuenta del porqué la concertación ha dado un “giro brusco hacia la derecha” en Chile, y en la región de Los Lagos, hay que conocer y entender cómo ha ido evolucionando el conglomerado durante las últimas décadas. Para ello, citaré solo algunos ejemplos a modo de síntesis. Son, quizás, los más iconográficos y que más fielmente dan cuenta de las características de su evolución y desarrollo.
Lo de “iconográfico” viene porque los ex presidentes del bloque concertacionista consiguieron records difíciles de igualar por la propia derecha económica y política de este país, aunque en sus inicios este sector político partidista consiguió un gran arraigo en la sociedad y las clases medias, trabajadoras y bajas.

Eduardo Frei, quien gobernó Chile entre 1994-2000, no tuvo la decisión valerosa (ni fue capaz) de asumir durante su período un tema que va siendo tabú en este país: hablar en serio, y conseguir de una vez por todas, de una “reforma tributaria” en condiciones. Una reforma encaminada a gravar o imponer a las grandes fortunas y la clase adinerada tasas de impuestos coherentes con sus descomunales ganancias y, de este modo, haber puesto en marcha procesos de redistribución afirmados en la “solidaridad” y la “justicia social” (no serían necesarias las AFPs., por ejemplo). Tasas de impuestos elevadas permiten el financiamiento de políticas sociales fuertes, y no de mínimos como ha venido ocurriendo de 1990 a la fecha en los sucesivos gobiernos de administración concertacionista. En síntesis, Frei le tuvo miedo al enfado de la clase o élite económica-rentista de este país o bien fue fiel a su pensamiento liberal-conservador.
R. Lagos, de vertiente socialista o socialdemócrata, cuando le tocó el turno de gobernar (2000-06), consiguió el incontestable record de “hacer más ricos a los ricos” de este país, lo cual no es poca cosa. La “modernización” de sus partidos – PS y PPD- los llevó a establecer relaciones personales y de complicidad política con los grupos del poder financiero y económico en Chile, diluyéndose parte importante de los principios de acción ideológicos e históricos. Este desempeño, al igual como ocurriera en el gobierno de Frei, contó con el gran aplauso del establishment económico y financiero chileno (y norteamericano), y que erróneamente –alianzas o partenariados estratégicos - se han presentado como causa del crecimiento económico y desarrollo social (involución de la pobreza). Son estas medidas las que han conducido al “odioso” aumento de la desigualdad en la distribución de la riqueza entre las distintas clases o segmentos sociales en nuestra sociedad: la clase adinerada, la clase media, la clase trabajadora y la clase pobre. Por su parte, la ex presidenta M. Bachelet y su equipo (2007-10) dedicó tiempo y esfuerzos en la extensión y profundización - aún más de lo que había - del sistema de políticas sociales focalizadas o de mínimos, la de los Bonos y Subsidios “trampa” para las clases desfavorecidas (Titmuss, 1968). Con estas medidas de más que cuestionable “protección social” (bastaría sólo con mirar los escandalosos y malos resultados en la educación municipalizada o en la salud pública de este país) se ganó una buena prensa entre un pueblo repleto de “necesidades básicas insatisfechas”, y ansioso de recibir la escasa en cuantía pero múltiple ayuda pública: en salud, en vivienda, en protección social, en empleo, en educación, etc. No está demás decir que es este pueblo, los necesitados y los pobres o las clases populares, “el que decide y gana elecciones” en Chile históricamente hablando (Rothstein, 2002).
Las progresivas reformas en el sistema económico y financiero impulsadas durante este período fueron posible en función de la política social de cortinas de humo de los BONOS y SUBSIDIOS ECONÓMICOS, lo cual supuso un gran costo social y político para una parte no menor de los ciudadan@s: endeudamiento, pérdida en la capacidad de consumo, etc.
Como bien sabemos los especialistas en materia de políticas públicas y sociales, más BONOS y SUBSIDIOS focalizados en las clases menos favorecidas no suponen bajo ningún concepto mejoras significativas en el bienestar o la calidad de vida de nuestra población. Ni mucho menos hablar de subir en la escala social o movilizarse ascendentemente en la estructura social o escapar definitivamente de la pobreza. La acción de subir, movilizarse o escapar de la pobreza supone saltar dentro de un período determinado de tiempo - diez años aproximadamente - de una clase social a otra: por ejemplo, de la clase pobre a la clase trabajadora, y de ahí, a la clase media (Esping-Andersen, 1990).
Por decirlo de otra forma, a la luz de los resultados políticos y sociales no caminamos por la senda del desarrollo armónico que ofrecieron o prometieron antes y durante sus gobiernos. O que siguen ofreciendo o prometiendo falazmente a la ciudadanía mediante un discurso carente de contenidos esenciales en el marco de la actual campaña política a ocupar cargos de representación ciudadana, pues se sabe que salir electo trae por añadidura expandir el poder y los presupuestos (Mueller, 1989).
Esta situación, la de los efectos de las políticas selectivas y/o focalizadas, la ilustró magistralmente el economista Schumpeter, en el año 1964 del siglo pasado, con la analogía del “autobús”.

La respuesta a lo insostenible políticamente hablando, en apariencia, se antoja simple.

Precisemos ahora los por qué de la imposibilidad que den cabal cumplimiento al discurso de la IGUALDAD, la EQUIDAD, la JUSTICIA, entre otros valores políticos esgrimidos por los candidat@s lanzados en campaña.
Porque como bien saben mis amigos de la CUT, en lo fundamental ninguno de estos ex presidentes ni los representantes del conglomerado – presidentes de partidos, representantes en las dos cámaras, activistas políticos, alcaldes, etc. - ha hecho maniobras políticas decididas para dar con la tecla de la creación de empleos de calidad o en condiciones dignas para parte importante de la población económicamente activa de este país: empleos estables, salarios decentes, empleo con derechos, protección al desempleo, programas activos de incorporación al mercado de trabajo, empleo regulado por el Estado, etc. Dicho a la inversa, enfrentar un problema de enorme calado en los destinos de este país y sus gentes - el empleo y el desempleo – supone no ligarse y actuar en complicidad con el MERCADO, sino desde un Estado fuerte o sólido responsable de la protección y cuidados del conjunto de sus ciudadan@s. Todos y cada uno de estos “candidatos a algún cargo de burócrata” han dado buena cuenta de una fe ciega en el MERCADO, en el control y la coordinación total de uno de los factores más decisivos en los resultados en materia de bienestar y de derechos sociales para nuestra población. Desde las lógicas del MERCADO (la ley de la oferta y la demanda o el pez más grande se come al más pequeño), hablar de bienestar colectivo o de derechos sociales o de bienes colectivos, resulta absurdo e innecesario. El crecimiento económico lo puede y lo da todo, y a su debido tiempo CHORREARÁ o GOTEARÁ el dinero! 
Por si no me toman en serio, lean las declaraciones del 01/10/2013 donde el Papa Francisco – autoridad moral donde las haya - criticó el “liberalismo salvaje”.

Como se habrán dado cuenta, he citado tres de los grandes problemas ante los cuales todo ciudadan@ meridianamente cuerdo debería al menos prestarle algún grado de atención: Primero, los impuestos o la reforma tributaria. Segundo, la (perversa) distribución de la riqueza y la desigualdad estructural naturalizada e institucionalizada entre clases sociales de este país. Tercero, la política social como un bien público y no vista como una "irregularidad normativa" y, por tanto, de segundo orden de importancia. De las reformas al diseño constitucional y de nuestras instituciones tan postergada como urgente, mejor ni hablar pues daría para escribir un libro.

Por cerrar, dejo planteada una interrogante y a la vez una conclusión: ¿Resulta razonable, con las pruebas a la vista, depositar una y otra vez la confianza y el voto en los representantes y exponentes del proyecto de mercado, de la economía y del mercado que lo puede y lo mueve todo o de la mercantilización de nuestra sociedad y de nuestras vidas?
Creerse que el conglomerado actual del NUEVO BACHELETISMO puede liderar un cambio es pecar de “ingenuidad”. Y es ahí donde hay que resaltar una “profunda contradicción vital” a la cual se ven enfrentados: entre las medidas regresivas asociadas al liberalismo económico o de mercado adoptadas en los últimos años de sus gobiernos, y la posibilidad real del cambio ofertado a la masa electoral.

Si no está de acuerdo conmigo, lo invito a que me invite a debatir.

Lo dicho.

Miguel Arismendi G.
Editor de, “creando crítica, formando opinión pública para una nueva sociedad política”

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domingo, 21 de julio de 2013

La parafernalia de proyecciones o estimaciones de posibles resultados en las elecciones presidenciales de 2013: ¿estamos en presencia de una estrategia política y social deliberada?

"El viejo mundo se muere.
El nuevo tarda en aparecer.
Y en ese claroscuro surgen los monstruos"
Antonio Gransci
Aquí lo que cabe es dudar de todo dato o relativilizar todo tipo de estimación, pues bien podríamos aventurar o hablar hipotéticamente de una estrategia deliberada de “manipulación de masas” con fines o propósitos de un tiempo a la fecha muy bien establecidos.

De entrada, no hablo de “política-ficción” sino de la realpolitik (o política real en alemán) en la cual nos hallamos implicados como sociedad de cara a las elecciones presidenciales 2013. Bien es sabido por los estudiosos y científicos en las artes de la política y el comportamiento humano, que en resultados electorales no caben "oráculos" ni "bolas de cristal" en el presagio de uno u otro evento. Resultados pasados en procesos electorales en Chile y en el mundo democrático, se han encargado de demostrar en los hechos o empíricamente que los “pronósticos especializados” (aprendices de brujos, vendedores de humo, agoreros, gurús) sobre resultados de referéndums resultan ser del todo menos acertados!

¿Por qué lo de la duda razonable cartesiana o de relativizar los pronósticos agoreros de pseudoespecialistas que se aventuran en adelantar resultados en materia de intención de voto? 

Lo primero, decir que los datos estadísticos nunca son del todo “objetivos” o del todo “verdaderos” pues en toda elaboración humana intervienen siempre factores o variables ocultos. Apoyados en esta tesitura, cabe siempre la posibilidad o la tentación latente de la manipulación del dato a manos de quienes intencional e interesadamente persiguen el mejor posicionamiento político-social de un(a) candidato(a) a ocupar un cargo de representación popular. En nuestro caso, y como podemos observar a diario en los distintos medios de comunicación masiva, el de la presidencia de un país y de la fuerte campaña publicitaria lanzada a favor del proyecto político-institucional al que yo denomino “nuevo bacheletismo”. P.F. Lazarsfeld , denominó a este fenómeno como "la reducción de opciones" a las dos con más posibilidades de triunfar, y el efecto bandwagon o "Arrastre". Ambos efectos, por su potencia y consecuencias en los resultados finales, hemos de tenerlos muy en cuenta.

De "reality-show" mucho, de "buena política" poco o nada.

Sepa usted que todo este tinglado, el de la propagando política, ha sido montado tras un auténtico "reality show político”, enfocado a ganar la carrera por el sillón presidencial mediante la manipulación del inconsciente de las clases populares y de la lucha por convencer a los iletrados (o indecisos) en cuanto a preferencias electorales. Sí, tal y como usted lo ha visionado en la TV de su país, la “telerrealidad”. Para ganar en teleaudiencia o espectadores “pasivos” - y mucho dinero, ciertamente -, las televisiones buscan rostros conocidos que despiertan simpatía entre la audiencia televisiva. La estrategia apunta al manejo de los contenidos, y las implicaciones, de la imagen de la persona o el personaje en cuestión dentro de un público o electorado-objetivo (target voters). Ellos, los expertos en el manejo de imagen comunicacional, saben perfectamente – pues estos fenómenos han sido estudiados abundantemente por las ciencias cognitivas, de la mente humana, de la comunicación y económicas - que con el pasar de los programas esa imagen o rostro acabará siendo amada e idolatrada por usted: claro, después de echar horas mirando ese tipo de programas basura!

Volviendo al argumento de las campañas políticas en curso en el marco del proceso de elecciones para elegir presidente, en Chile la política de los ´90 en adelante dejó de ser un “servicio público”. Dejó de serlo pues nuestra sociedad fue envuelta en las lógicas del "libre mercado", y el ejercicio de la política no escapó a la fuerza y penetración de esta corriente de pensamiento ideológico. Se transformó, por tanto, en un negocio o una mercancía donde el Estado, y las instituciones formales, cumplen y han cumplido un papel decisivo a favor del negocio o el lucro indiscriminado depositado en manos de una pequeña clase de privilegiados. Los hechos están ahí afuera, en la realidad pura y dura, exteriorizada mediante los grandes problemas presentados por ámbitos decisivos para el bienestar social del conjunto de la población. 
La política, en nuestra imperfecta democracia, asumió un estatus privilegiado y un valor “económico al alza” en este gran mercado auspiciada por los políticos profesionales, los operadores de partidos políticos - de gobierno y de oposición - próximos a las instituciones, y los grupos asociados al poder económico.

La gran industria de la propaganda política creadora de preferencias, de opinión pública y de intención de voto.

Sepa usted que en 1940, cuando se crea Gallup en los Estados Unidos - empresa dedicada a realizar estudios o sondeos de opinión política o intención de voto entre la masa electoral -, nace a la vida “la gran industria de la comunicación y propaganda política”: una industria largamente rentable, cuyo poder e influencia ha derivado en la fabricación de candidatos a la carta, a poner y sacar presidentes, senadores y diputados a su antojo. Esta gran industria de la opinología o demoscopia - en el caso chileno las más renombradas podrían ser ADIMARK GFK, Centro de Estudios Públicos (CEP) y el Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), entre otras muchas -, la cual trabaja en estrecha relación con los ingredientes de la cocina del poder, tiene por objetivo principal crear y formar opinión pública, cambiar y manipular opinión y intención-decisión de voto en la masa electoral. En la práctica, las interpretaciones o predicciones son útiles en la configuración de un cierto comportamiento electoral, darle "impulso", obtener apoyos y persuadir a favor de un(a) determinado(a) candidato(a) entre los votantes o la opinión pública.
Dicho sea de paso, para esta gran y rentable industria los potenciales electores (usted y yo) son vistos como "idiotas políticos" cuyas preferencias políticas son perfectamente moldeables. Permítanme un alcance y a la vez ejemplo: en Chile de cara a las presidenciales 2013 la maquinaria propagandística asocia el concepto de nueva mayoría al bacheletismo y no a la concertación de partidos por la democracia. Pregúntese, el por qué de este hecho (¿?).

Ponga cuidado con esto, pues en la cocina de poder le están preparando dos candidatos a la carta – que, de manera intuitiva y de momento, son quienes tienen el control y el poder en la carrera del sillón presidencial -, y en eso quienes poseen intereses económicos no van a desperdiciar esfuerzo alguno. Todos y cada uno de los espacios de opinión pública – medios de comunicación de difusión masiva – se han empeñado en poner el foco casi en exclusivo en los movimientos del bipartidismo oligopólico (tándem formado por el “nuevo bacheletismo” y la derecha). En efecto, han dado el pistoletazo de partida a un proceso de enraizamiento (embeddedness) de determinados símbolos e imágenes en la conformación de preferencias e intenciones de voto. Son muchos los millones en juego, en el negocio de los bienes públicos o de uso colectivo – la electricidad, el agua, el mar, la educación, el cobre, el litio, la salud, etc. -, y nadie en esta gran industria de la fabricación de candidatos a presidente está dispuesto a farreárselos.

Por cerrar. El menos o los menos importantes en términos de nuestras ideas, demandas, movilizaciones, reivindicaciones, en todo este gran negocio o juego de la propaganda o manipulación política para alcanzar la cima del poder político-institucional en nuestro país, y el control de los bienes de uso público, somos nosotros. Nosotros (masa, instrumentos o clientes electorales), los "perdedores", usted y yo, los ciudadanos de a pie.

Miguel Arismendi G.                                                                                                                      
Editor de, “creando crítica, formando opinión pública para una nueva sociedad política”

viernes, 19 de julio de 2013

El cable del “caso coimas” que liga a V.C. Rebollebo con J. Goñi, ambos militantes del PPD y representantes del "bacheletismo".

Más “lobo” que el mismo “lobo”, es quien se viste con ropas de “oveja” (M.A.G.)
Abro con la siguiente interrogante: ¿Debería renunciar a la postulación de un cargo de representación ciudadana por Osorno, el Sr. Goñi?

La prudencia, la decencia y las circunstancias del momento político e histórico (o la “buena política” al decir de Bachelet) que enfrenta nuestro país, al menos así lo recomendarían. 
El caso o el problema están – es decir, no dar el paso al costado por quien debería darlo -, cuando este tipo de condiciones no son de primer orden en un partido y su marco doctrinario, lo que dice representar y a quienes representan, y el personaje en cuestión.
Sabido es que al señor Goñi en su momento también le salpicó “el caso Coimas” (http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/caso-coimas-ministro-aranguiz-realizo-interrogatorios-en-osorno/2002-12-05/161100.html). Caso judicial que solo hace escasos días, torció la firme voluntad y decisión de V.C. Rebolledo (militante del PPD) a postularse como candidato a diputado por su partido por el distrito de Illapel. El caso fue sobreseído en 2003, hecho que no es de sorprender pues en Chile ocurren este tipo de situaciones más que a menudo cuando a quienes se le juzga están en la cima del poder. Además, la noticia tuvo un impacto social de baja intensidad debido al anuncio de la súbita retirada de la candidatura presidencial de Longueira

Bachelet fue grandilocuente cuando en una entrevista fechada el día 17/07/13 se le preguntó sobre el caso, argumentando que “la probidad debe ser una condición esencial para la plantilla”, y de “buena política”.
A mí parecer, fueron palabras de “buena crianza” y un mensaje directo a la medida y al oído del votante medio. Reacción en política a la cual comúnmente los analistas la denominan “estar a la altura de las circunstancias”.

Ahora bien, hablando seriamente y con la verdad sobre la mesa deberían al menos en nosotros los ciudadanos abrirse algunas interrogantes: ¿este señor – Goñi -, unos de los tantos candidatos de la concertación, y del PPD, por el distrito de Osorno, antiguo representante del poder público, exfuncionario municipal por lo favores concedidos, cumple acaso con las exigencias impuestas por el bacheletismo para “aspirar” (disculpen le término por si ofendo a alguien) a representar a los ciudadanos en lo que ostentosamente (o a “bombos y platillos”) han denominado “la nueva mayoría” de centro-izquierda? (¿”Nueva mayoría” para qué y para quiénes?) ¿Es este el tipo de personaje político, al cual por estar en la parrilla de elegibles a un cargo los ciudadanos podrían eventualmente confiar responsabilidades político-institucionales, el apropiado para representar y luchar por los intereses de los menos favorecidos en materia de derechos, bienestar y desarrollo social? ¿Es acaso el ciudadano o el elector consciente de la enorme irresponsabilidad (o responsabilidad) que supone pensar siquiera en confiar a este tipo de personajes la laboriosa tarea de liderar los cambios institucionales urgentes que el Chile de hoy reclama y exige en materia institucional: cambio de constitución, reforma al sistema impositivo o de impuestos, reformas al sistema binominal, reformas a la distribución de la riqueza, etc.?

Me temo que mucho trabajo tiene por delante la coalición de partidos políticos si su pretensión es reconciliarse o rencontrarse o conectar con la ciudadanía, de ser confiables y creíbles respecto al decir y al hacer en sus manejos y prácticas políticas de antaño y de hoy. Además, internamente y a nivel local, este partido – PPD – deberá depurar responsabilidades y “jugar limpio” si su intención es convencer a los ciudadanos para conquistar mediante sus candidatos cotas de representación ciudadana: la pelota está en su tejado! Más aún, cuando sobrevuela en la atmósfera un soplo de intenso malestar social por el descrédito de la política y los partidos políticos (y sus representantes) del bipartidismo a causa de la corrupción y el mal manejo de los asuntos de la política pública enfocados con casi exclusiva dedicación a privilegiar los intereses privados, de los grupos de poder y de la élite económica.

Hago recuerdo, por si se habían olvidado pues la mente es frágil, el diputado Ojeda (DC, hombre concertacionista, y también candidato a ser nuevamente elegido en el cargo por este distrito) tampoco salió muy bien librado que digamos, del caso de “la asignación de pensiones a exonerados políticos”. El caso no es sólo reducible a la expresión de “canibalismo político ni de utilización política por parte del oficialismo, pues la calle y los ciudadanos (a los cuales me sumo) en legítima defensa de sus derechos consagrados constitucionalmente, y del manejo de los bienes de uso público o colectivo, tienen necesidad de saber exactamente qué ocurrió y por qué ocurrió lo que ocurrió. Aquí no cabe tapar el sol con un dedo, pues la duda razonable está en los papeles.

Por último, dejo lanzada la siguiente pregunta: ¿Cuánta más mierda habrá debajo de la alfombra, que liga a personajes del mundillo de los partidos políticos locales con vínculos estrechos en la administración actual – municipal – y pasada – gobierno regional, gobierno provincial (concejeros regionales), etc.-, la cual muy pocos se atreven a sacar a la luz pública? 

Los ciudadanos, más allá del poder judicial o de las troika impuesta por los partidos del poder y los políticos profesionales, son quienes tienen la obligación moral y ética de movilizarse para salir al paso de quienes haciendo mal uso de las herramientas de la política – estructuras de partido, el Estado y sus recursos -, atropellan y abusan a diario de los derechos fundamentales de la personas con fines personales o privados.
Cualquiera otra vía pensada y elaborada con fines de reencauzar el curso de los sucesos en el ámbito de las instituciones, de la política, de la economía, de lo social en el Chile de hoy, es un mero canto de sirena o puro ilusionismo cándido.

Miguel Arismendi G.                                                                                                                      
Editor de, “creando crítica, formando opinión pública para una nueva sociedad política”
                                                                                                             

martes, 2 de julio de 2013

La botella medio llena o medio vacía: elecciones primarias del 30-J.

¿Hay motivo para echar las campanas al vuelo o para hablar de exitazo o para emborracharse de triunfalismo?
Creo, desde mi atalaya, que NO!

Habrán mentes iluminadas y necesitadas de triunfos a como dé lugar, para quienes este proceso eleccionario de primarias del 30-J, representa todo un éxito o un triunfazo. Así, y valiéndose de todos los medios a su alcance, nos lo intentarán hacer creer o digerir tal y como acostumbran a hacerlo: en base a falsedades o creando falsas realidades o burbujas políticas y económicas. Ejemplos sobran, y hay para tirar: los datos de pobreza del MIDEPLAN, los datos del censo de población del I.N.E, los datos falsos de la POLAR, los datos de las encuestas políticas, la datos de los colegios con financiamiento compartido (el caso del Sr. Arévalo – colegio Blas Pascal de Osorno es emblemático por la inacción del Estado aun existiendo denuncias fundadas) que defraudan al Estado “inflando las notas” de los estudiantes para aumentar el valor de la subvención, etc.

Para otros (a los cuales me sumo) – quienes leen o interpretan los datos de las primarias con una mayor dosis de sensatez, lucidez y razón -, en tanto, el acto mediático y propagandístico de las lógicas político-institucionales conservadoras fue la expresión más pura de la fidelidad y vocación de servicio (o de servidumbre) de esos 3.000.000 de votantesa los partidos del bi-partidismo monopólico y autocrático: aquellos “dos” que mantienen cautiva, aprisionada o someten a capa y espada a parte importante de los ciudadanos de este país con sus decisiones y actos políticos.
Votantes y activos militantes (o activistas), muchos de éstos, ansiosos de recuperar cuotas de poder pérdidas (debido a la salida “impuesta” de aparato y agencias estatales en 2010), las rentas pérdidas o simplemente de las expectativas de más y mejores BONOS y SUBSIDIOS provenientes de la política social de mercado afirmada por el Estado y los gobiernos del Chile democrático. Gentes cuya racionalidad o formar de ver y vivir el mundo, se halla muy distante de las “ideas con contenidos políticos”, “ideales o principios y valores ideológicos” sobre los cuales se han movido históricamente los proyectos de la izquierda tradicional. Sólo los mueve el apetito voraz del oportunismo, y la simple maximización de su propia utilidad o interés en beneficio propio. Por ejemplo, a ultísima hora asumen un discurso reformista de la educación pública a fin de ganar sintonía, simpatía o afinidad con la ciudadanía.
¿Qué más le da el resto o los asuntos de interés colectivo? El pésimo o empobrecido sistema público de educación, la inseguridadlaboral y de ingresos, la pérdida de derechos sociales y de ciudadanía, la enorme fragmentación y división en clases sociales cerradas, la proletarización de la sociedad chilena, el país de la economía próspera pero no reflejado en los salarios medios de $ 250.000, y un largo etcétera.
Para mí, los datos del 30-J no representan bajo ningún concepto un triunfo de esta decadente democracia representativa (o indirecta). Más bien, se puede hablar sin complejos de derrota o de caída a la baja del modelo institucional vigente. Bien podría explicarse el hecho a partir del recorrido histórico de nuestra joven democracia, o a lo largo de los 23 años bajo un mismo modelo. Modelo institucional que da para mucho, sobre todo pues bajo los mismos esquemas de gobierno – de centro izquierda y de centro derecha - se ha establecido “de arriba hacia abajo” unas rutas o patrones políticos de las cuales se nos hace muy difícil escapar. Y, con las cuales, en teoría deberíamos estar - la gran mayoría - muy satisfechos. Como para tirar cohetes!
Si usted se ve tan representado con esta democracia y los políticos de turno (o la clase política hegemónica y de poder), ¿habría votado el 30-J? Por simple lógica, SÍ. Apoyarían a ésta, su democracia, en la cual cree. Por lo que, estarían dispuestos a hacer lo imposible por defenderla ante la amenaza de los ajenos al monopolio "de los dos". 
El caso es que esta premisa (o deducción), el 30-J no se cumplió, mire por donde se le mire.

¿Por qué?
A las frías cifras me remito analistas o agoreros de un futuro extremadamente difícil de predecir (muchos de ellos(as) hacen análisis de la realidad antojadizos, sacando cuentas alegres o torciendo los elementos y factores de la realidad), 10.000.000 de electores no votaron el 30-J.
Y eso, señores, el dato de los 10.000.000 representa un tremendo capital político que está ahí afuera expectante y esperando “buenas razones” para saber qué hacer en noviembre de 2013. Gente común y corriente, cabreada de la “fórmula de a dos”,y de los (malos) resultados políticos, interesada en saber y comprender más por qué es urgente cambiar – pero de verdad, no en el discurso demagógico y de papel - el actual orden institucional, social y político en el Chile del siglo XXI.

Lo dicho.


Miguel Arismendi G.                                                                                 

Editor de, “creando crítica, formando opinión pública para una nueva sociedad política”

martes, 25 de junio de 2013

El “movimiento social-estudiantil”, marca bajo la cual se deben ganar las primarias del 30-J.

Si de algo debemos estar orgullosos y agradecidos quienes creemos en la “democracia directa” - no representativa o indirecta, por lo extremadamente imperfecta que ha demostrado ser puesta en manos de los políticos profesionales (senadores, diputados, alcaldes, concejales, gobernadores, intendentes) -, es del movimiento social-estudiantil – los estudiantes y ciudadanos ligados a esta nueva corriente de acción colectiva, en concreto – que con su “buena consciencia” de juventud han conseguido en un par de años remecer las bases estructurales de las instituciones y de los partidos políticos alternantes en el gobierno de este país. Y, de paso, han quitado a golpe de “buenas razones” la etiqueta o el rol de “cliente-consumidor de políticas” en el ciudadano común y corriente. Un rol o etiqueta con la que los sucesivos gobiernos de la democracia restaron todo valor de contenido y protagonismo al denominado “sujeto político”: el animal político de Aristóteles.
Nos hemos hecho conscientes paso a paso de que otra sociedad política e institucional es posible, la oportunidad para la profundización democrática dejando en una posición de inferioridad las visiones y posturas del bipartidismo político-partidista: Concertación-Derecha.

Por mor a la brevedad y de la agilidad del comentario, permítanme solo un inciso en esta discusión. No se puede dejar de mencionar al movimiento indígena, pues han sido un actor de primer orden en las luchas sociales y políticas en tiempos de democracia. Este movimiento, aislado internamente y muy apoyado externamente, ha mantenido sostenidamente en el tiempo acciones reivindicativas y contestatarias con la firme idea de la recuperación de derechos ancestrales perdidos a manos de los poderes dominantes en este país. En gran medida, han sido ellos quienes con su testimonio de lucha han enseñado el camino a seguir.

El movimiento social-estudiantil, y los ciudadanos sensibilizados con la lucha en demanda de la recuperación de un derecho social quitado por las políticas públicas de mercado (o neoliberales), se ha mostrado como una fuerza político-social con la capacidad suficiente para influir y afectar las grandes decisiones políticas de este país: por ejemplo, a día de hoy y en pleno proceso eleccionario, la derecha abrillantó su discurso político al poner como seña de identidad el concepto de “justicia” (de qué tipo de justicia nos estarán hablando, pues existen variadas teorías y enfoques respecto a esta noción); por su parte, Bachelet emite señales – hasta ahora confusas y de muy baja intensidad - de querer dar un giro hacia la izquierda.
Además, y de lograrse el ansiado anhelo de la unificación de fuerzas contestatarias en el corto plazo, reúne una serie de condiciones políticas para crear e impulsar un “frente amplio” capaz de hacerse con el poder.
El discurso del movimiento, centrado en la exigencia de una educación pública gratuita y universal para todos y todas, el cambio de modelo político y económico, el fin del lucro y el enriquecimiento indebido en el cual se han visto envueltos ambos dos conglomerados políticos-gobernantes (asociados estrechamente a la ortodoxia neoliberal), ha logrado atraer a un sector grueso de la población cansado de los partidos tradicionales – socioliberales (PS, PRSD), conservadores (DC), liberales (PPD), y liberales-conservadores (todo el arco de partidos de la derecha), y con la más firme intención de mostrar su indignación y de actuar en función de ejercer influencia sobre el proceso de toma de decisiones en materia política y económica. En concreto, sin ser mediatizadas, intermediadas o gobernadas por los partidos políticos de turno y del poder.

En el ideario de este movimiento, cuyo nacimiento está fechado en 2011, se sienten reflejados los menores de 50 años, que se sitúan ideológicamente más allá de los partidos del bipartidismo caciquil (equipo de dos formado por la “concertación de partidos y la derecha política y económica), y a la “izquierda de la izquierda”.
¿Existen indicios o pistas como para pensar en un posible triunfo el domingo 30-J?

La experiencia en las últimas elecciones municipales (proceso que se vio inequívocamente marcado por la convulsión política generada desde el movimiento social-estudiantil), en el caso de la comuna de Osorno (la cara B de la moneda, sería el caso de la comuna de Providencia), dejó sobre la mesa al menos dos datos significativos para su posterior análisis político. Decir que la significatividad de estos dos datos plantea la necesidad de someterlos a interrogación con el fin de aventurar el posible curso de acción del voto en el elector medio, en el proceso de las primarias del 30-J. Los datos son, a saber: i) la indiferencia, si no rechazo, del electorado a la figura del actual alcalde en funciones, y de la gran mayoría de los candidatos de los principales partidos en el gobierno municipal (bloque concertacionista y los partidos de la derecha), a los cuales le fue quitado “una cuota importante de piso político y de poder unilateral e incontestado por una mayoría silenciosa donde reina el desencanto. Demás está decir que en esta comuna no existe voz de oposición política o crítica alguna de los vecinos o de las organizaciones u asociaciones ante el desempeño del alcalde y su gobierno”, a causa de la cooptación (o manipulación o tutelaje) municipal de las organizaciones, y ii) que la desafección o indiferencia o insatisfacción retratada en la figura del alcalde y de los candidatos(as) a concejales tuvo por origen la más que “cuestionable” gestión en muchos de los órdenes de los partidos del gobierno municipal durante esta última etapa. Dicho de otra forma, la incapacidad e inhabilidad demostrada para abordar las dificultades habituales en la comuna como la contaminación medioambiental, el tráfico en la ciudad, la malas condiciones de habitabilidad de familias pobres, la pésima planeación urbana, entre otras materias de interés ciudadano no resueltas.

Los resultados de esta elección o de las municipales 2012, el mundo más malo posible en cuanto a votos se refiere en la elección de un Alcalde y los partidos que lo apoyan en el gobierno municipal (hecho político al cual los “próceres de estos partidos” intentaron poner “paños fríos” o directamente ocultando el fracaso en que se envolvió la victoria), pueden servir como referencia o de adelanto de lo que podría acontecer durante las elecciones primarias de este domingo 30-J.

Surgen las interrogantes, ¿de quién o de quiénes dependería entonces cambiar el sistema desde dentro o entrar en las instituciones, pero por fuera o más allá de la red institucional de los partidos tradicionales - Concertación y la Derecha - del poder y de las grandes decisiones políticas de país? ¿De quién o quiénes depende requilibrar las asimetrías del poder o el restablecimiento de una justa y legítima correlación de fuerzas para decidir soberanamente sobre el poder y control de los bienes públicos y colectivos?
Dependería, sin lugar a ninguna duda por extraño que parezca, de la capacidad y alcance de la voz de la calle o del movimiento social-estudiantil. La capacidad de trasladar la decisión de contestación social y movilización en el voto o preferencia electoral, por tratarse de una de las vías privilegiadas para intentar hacer reformas en el sistema o el orden económico, político, institucional y social actual.
En síntesis, el reto al cual se ve enfrentado en lo inmediato el movimiento es hacer consciencia en la ciudadanía – familiares, amigos, cercanos – de “votar” por quienes podrían en una eventual situación formar un frente amplio que represente los intereses e iniciativas de la ciudadanía en contra de los intereses privados o corporativos de la clase política dominante y los grupos de poder. Aquí es donde toca “poner el acento” o el “énfasis”, para poder superar o romper con los marcos institucionales del modelo impuesto de “arriba hacia abajo” (jerárquica y según las lógicas del mercado) durante los treinta y tres últimos años (1980-2013): de los “chicago boys” de Friedman a los “neoconservadores” defensores de la ortodoxia del mercado.

Lo dicho.

Miguel Arismendi G.

Profesor universitario