"Los
hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias
elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que
se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado" K. Marx (El Dieciocho Brumario de Luís Bonaparte. Capitulo 1)
Hace
tiempo que quería hablarles de Bernard Mandeville, autor de La Fábula de las Abejas (1714). O de los
“vicios privados” se hace la “prosperidad pública”. Este connotado político, investigador y economista, realizó en su
época una valiosa contribución intelectual a la Economía y la Moral,
especialmente por la sátira política retratada en esta obra. Su visión, sobre
los fenómenos sociales ocurridos en la Inglaterra de la época – el hombre, la
sociedad y las instituciones -, ha
superado las fronteras del tiempo cobrando plena vigencia en los tiempos que
corren, en los tiempos de la sociedad chilena del 2013.
La
perspectiva es crítica, de alerta y denuncia con lo que actualmente ocurre en
nuestro país, la “caverna del capitalismo”. En lo esencial, porque es posible establecer
paralelismos entre lo que nos toca vivir como sociedad y los inicios del Estado (ultraliberal) moderno, y la
revolución industrial del S. XVIII en Europa.
La
fábula bien puede trasladarse como un ejemplo paradigmático del déficit
ideológico y discursivo que acompaña no en exclusiva a la clase política de
nuestro país, sino también al conjunto de nuestras instituciones. Las instituciones
(el Estado, y sus poderes) y representantes políticos que como sociedad nos han
conducido hacia la articulación de las relaciones sociales más esenciales en torno
al mercado (la mano invisible, en el lenguaje de A. Smith) o la odiosa doctrina
del laissez faire.
Dinero, crédito, especulación, enriquecimiento, fraude, mentira, corrupción, egoísmo, codicia, etc., se contemplan como fenómenos positivos e inevitables a los tiempos actuales venidos de los ideales del mercado. Ideales e ideología que tan eficiente y eficazmente inspiran la acción de las instituciones y de la actividad política: para sus defensores, son el corazón del progreso y del beneficio público. La defensa de la sociedad comercial, del mercado y del negocio se lleva a cabo desde distintos puntos de vista, con distintos argumentos y con diferentes estrategias y tácticas (los incentivos y/o estímulos) producto de la acción manipuladora de quienes toman decisiones, poseen e intentan por todos los medios continuar o hacerse con el poder.
La fábula, que
no tiene desperdicio alguno, reza así:

Demás está advertirles de lo conveniente de profundizar críticamente en esta elocuente fábula, fuente original del pensamiento y acción del capitalismo moderno. Ese modelo de sociedad en el
cual nos hallamos situados y lo envuelve todo hoy en día, en Chile. De su evolución y desarrollo histórico, para tener una mejor comprensión de la realidad conocida y vivida, y construir un
pensamiento más crítico y estimular una ética y unos valores más solidarios en nuestras acciones sociales y políticas cotidianas.
Miguel Arismendi
G.
Editor
de,“creando crítica, formando opinión pública para una nueva sociedad política”
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