BIOGRAFÍA DEL AUTOR

En el mundo acelerado, frío e impersonal, repleto de incertidumbres y tensiones en que nos toca vivir, el experto en ciencias políticas y sociales Miguel Arismendi G. aporta una mirada propia, profundamente cuestionadora y crítica de la realidad, de nuestra realidad actual, la de nuestros espacios de vida. Un análisis sin apego a dogma, receta u ortodoxia alguna sobre los temas o asuntos más calientes y/o controvertidos de la actualidad local, nacional e internacional.
Veinte años de experiencia y estudio en el complejo mundo de las políticas públicas y sociales, avalan sus opiniones.

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domingo, 13 de octubre de 2013

El dilema social de la confianza en los electores-ciudadanos, y el discurso político carente de contenidos y/o ideas reales.


"Háblame para que yo te conozca", Séneca

"Si la política es alejada de las fuerzas de las ideas, se convierte única y exclusivamente en el ejercicio del poder",  A. Illia

En días recién pasados tuve la oportunidad de intercambiar algunos conceptos con un candidato a consejero regional, por el PPD y representante del Nuevo Bacheletismo (o Nuevo Centrismo), de la ciudad de Osorno. Este mini debate, por cierto muy instructivo y clarificador, ocurrió en la red o Internet. O si lo prefiere en facebuke, como le digo yo. 

¿Cuál fue mi interés intelectual y en mi papel de ciudadano-votante acercarme a este señor con el fin de realizar un intercambio de opiniones por este medio?
Bien, hacer un llamado de atención a tod@s y cada un@ de los “candidatos a algo”, a lo siguiente: i) moderar el discurso para que éste no sea falaz, ii) a precisar el lenguaje, iii) a hablar con claridad mediante el uso adecuado de los términos, y sobretodo, iv) que el contenido lingüístico vertido de sus bocas tenga alguna relación con el contenido real o la realidad: los hechos sociales e históricos, del presente y del pasado, que los obligan (o los atan en lo bueno y en lo malo) y los hace responsables.

Uno, quizás “algo más ilustrado”, se va cansando de oír y leer tanto mensaje oral (o verbal) y escrito sobre cuestiones o planteamientos de esta gran masa de postulantes a un “cargo de seis cifras” (con sus debidas comisiones) insostenibles por sí mismos: discursos huecos. O son ilógicos de todo punto de vista, pues van justo en la dirección opuesta a la razón o la sensatez de quien se dice desea detentar "responsabilidades de representación pública"; por ponerlo en cristiano, planteamientos o afirmaciones “sin patas ni cabeza”.

En esta acción preliminar, la de mostrarse ante los electores, más que singular debido a la locura más extrema que envuelve las mentes de estos candidatos en la posibilidad cierta o no de acceder a cuotas de poder en un cargo político-institucional (Consejero,Diputad@, Senador(a), Presidente(a)), se ve amplificada por los medios de comunicación. La lógica sensacionalista de estos medios contribuye poderosamente a favorecer el clima de malas prácticas o malos comportamientos erráticos, donde la distorsión del “TODO VALE” ocupa un papel central.
Cito dos ejemplos. El primero. Un medio de comunicación de la prensa digital en Osorno ponía en uno de sus titulares de esta semana: “la izquierda osornina se vuelca con el candidato Salvo”. Yo me pregunté, en ese instante, soy yo un izquierdista donde los haya o convencido, pero en ningún momento me he volcado o simpatizo con este señor y lo que dice representar. Ahora bien, bastaría sólo un efectivo (o votante) no coincidente con la afirmación de este medio de comunicación como para que ésta sea “falsa” o se aleje absolutamente de toda realidad. K. Popper, uno de los más connotados científicos sociales que parió el siglo pasado, escribió en 1974 sobre lo inconveniente e ilógicas de las generalizaciones empíricas en ciencia, pero también en todo orden de cosas: lo selló en su famoso y conocido enunciado de "TODOS LOS CISNES SON BLANCOS". 
Segundo. Un señor candidato a consejero regional, después de pasar por algunos medios de comunicación, publicaba en el facebuke: “hemos hablado y seguimos sumando”.Ante tales dichos, me vi en la obligación de pedir alguna aclaración de conceptos. Le señalé, usted lo que ha hecho ha sido en rigor “plantear” unos argumentos a la comunidad (su programa, y los de su grupo político-partidista) o a quien o quienes hayan querido oírle. Pero malamente se puede decir o afirmar que después de esta acción se ha “sumado”. 
¿Quién o quiénes con los pies en la tierra estaría en condiciones de afirmar semejante barbaridad? Quizás CASANDRA, la profetisa griega o NOSTRADAMUS, un adelantado a sus tiempos. Y, pocos más.
Esto, en Psicología, se le llama EFECTO MARCO. Un efecto muy conocido entre los publicistas y especialistas en marketing. En Economía, se le denomina INFORMACIÓN ASIMÉTRICA, y en Sociología, el VELO DE LA IGNORANCIA.

Por cerrar, igual caso ocurre con lo que en los procesos electorales va siendo una (execrable) práctica acostumbrada de los candidat@s a algún cargo de "interés público, personal y partidario" para quedar bien de cara a la galería. El firmar papeles a destajo (o testaferros), ante la comunidad y en presencia de dirigentes sociales subordinados al poder que se prestan o son parte activa del anuncio publicitario, con (pseudos) compromisos y obligaciones a las cuales se compromete de salir elegid@. Compromisos y obligaciones que más tarde, no van a ningún sitio o se desdibujan con el paso del tiempo. Ejemplos o hechos abundan, en el Chile del sistema democrático!

La teoría y la ciencia política moderna nos ha propuesto algunas fórmulas y/o estratégicas para poner freno al desprestigio en que ha caído el oficio de política y la política a manos de la “corrupción política” – el uso ilegal del oficio político para el beneficio personal (Theobald, 1990), que como cultura institucional ha estado gatillado por la acción de los señores de la política (representantes públicos) y los partidos ligados al poder. La estrategia consiste en HACER PÚBLICO EL “PATRIMONIO PERSONAL DE LOS CANDIDAT@S”: pues uno bien podría interrogarse acerca de cuánto dinero a día de hoy han gastado o despilfarrado algunos candidatos – el Sr. Quinteros del PS, por ejemplo, en publicidad política. Para aquellos que ganamos cifras de menos de seis dígitos o para la gente que habita viviendas sociales, esto representa una ofensa a la moral y a la ética pública. O quizás, hasta "morboso".
Ahora bien, el caso es saber si él o ella –candidatos o representantes de los ciudadanos - ha acumulado o no BIENES (vehículos, propiedades, participación en empresas públicas o negocios privados), RIQUEZA o DINERO durante el ejercicio de la política y haciendo uso (o mal uso) de un cargo de representación ciudadana: Senador, Diputado, Consejero, Alcalde, por ejemplo. Acumular riqueza o bienes en política viniendo de representantes de partidos progresistas, sepa usted, resulta ser una contradicción vital y bestial.
La medida, de accountability (responsabilidad pública y política), debiera ser una exigencia normativa (constitucional) absoluta y una regla de transparencia (o de oro). Esto, con el fin de devolverle la confianza y la seguridad a los electores pagadores de impuestos (o ciudadanos) en el buen hacer del político y de la política.

La política es y será siempre - lo dijeron los filósofos griegos, en la antigüedad - un BIEN PÚBLICO y COLECTIVO-COMÚN. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad su cuidado y vigilando en cuanto a su ejercicio en quienes la practican.
El resto sobra, es mera poesía, cantos de sirena, papeles mojados o un saludo a la bandera a prueba de ilusos e ignorantes en el campo del ejercicio del poder, en la toma de decisiones político-públicas y en el uso (bueno o no) de recursos públicos.


MiguelArismendi G.
Editor de, “creando crítica, formando opinión pública para una nueva sociedad política”



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