BIOGRAFÍA DEL AUTOR

En el mundo acelerado, frío e impersonal, repleto de incertidumbres y tensiones en que nos toca vivir, el experto en ciencias políticas y sociales Miguel Arismendi G. aporta una mirada propia, profundamente cuestionadora y crítica de la realidad, de nuestra realidad actual, la de nuestros espacios de vida. Un análisis sin apego a dogma, receta u ortodoxia alguna sobre los temas o asuntos más calientes y/o controvertidos de la actualidad local, nacional e internacional.
Veinte años de experiencia y estudio en el complejo mundo de las políticas públicas y sociales, avalan sus opiniones.

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martes, 2 de julio de 2013

La botella medio llena o medio vacía: elecciones primarias del 30-J.

¿Hay motivo para echar las campanas al vuelo o para hablar de exitazo o para emborracharse de triunfalismo?
Creo, desde mi atalaya, que NO!

Habrán mentes iluminadas y necesitadas de triunfos a como dé lugar, para quienes este proceso eleccionario de primarias del 30-J, representa todo un éxito o un triunfazo. Así, y valiéndose de todos los medios a su alcance, nos lo intentarán hacer creer o digerir tal y como acostumbran a hacerlo: en base a falsedades o creando falsas realidades o burbujas políticas y económicas. Ejemplos sobran, y hay para tirar: los datos de pobreza del MIDEPLAN, los datos del censo de población del I.N.E, los datos falsos de la POLAR, los datos de las encuestas políticas, la datos de los colegios con financiamiento compartido (el caso del Sr. Arévalo – colegio Blas Pascal de Osorno es emblemático por la inacción del Estado aun existiendo denuncias fundadas) que defraudan al Estado “inflando las notas” de los estudiantes para aumentar el valor de la subvención, etc.

Para otros (a los cuales me sumo) – quienes leen o interpretan los datos de las primarias con una mayor dosis de sensatez, lucidez y razón -, en tanto, el acto mediático y propagandístico de las lógicas político-institucionales conservadoras fue la expresión más pura de la fidelidad y vocación de servicio (o de servidumbre) de esos 3.000.000 de votantesa los partidos del bi-partidismo monopólico y autocrático: aquellos “dos” que mantienen cautiva, aprisionada o someten a capa y espada a parte importante de los ciudadanos de este país con sus decisiones y actos políticos.
Votantes y activos militantes (o activistas), muchos de éstos, ansiosos de recuperar cuotas de poder pérdidas (debido a la salida “impuesta” de aparato y agencias estatales en 2010), las rentas pérdidas o simplemente de las expectativas de más y mejores BONOS y SUBSIDIOS provenientes de la política social de mercado afirmada por el Estado y los gobiernos del Chile democrático. Gentes cuya racionalidad o formar de ver y vivir el mundo, se halla muy distante de las “ideas con contenidos políticos”, “ideales o principios y valores ideológicos” sobre los cuales se han movido históricamente los proyectos de la izquierda tradicional. Sólo los mueve el apetito voraz del oportunismo, y la simple maximización de su propia utilidad o interés en beneficio propio. Por ejemplo, a ultísima hora asumen un discurso reformista de la educación pública a fin de ganar sintonía, simpatía o afinidad con la ciudadanía.
¿Qué más le da el resto o los asuntos de interés colectivo? El pésimo o empobrecido sistema público de educación, la inseguridadlaboral y de ingresos, la pérdida de derechos sociales y de ciudadanía, la enorme fragmentación y división en clases sociales cerradas, la proletarización de la sociedad chilena, el país de la economía próspera pero no reflejado en los salarios medios de $ 250.000, y un largo etcétera.
Para mí, los datos del 30-J no representan bajo ningún concepto un triunfo de esta decadente democracia representativa (o indirecta). Más bien, se puede hablar sin complejos de derrota o de caída a la baja del modelo institucional vigente. Bien podría explicarse el hecho a partir del recorrido histórico de nuestra joven democracia, o a lo largo de los 23 años bajo un mismo modelo. Modelo institucional que da para mucho, sobre todo pues bajo los mismos esquemas de gobierno – de centro izquierda y de centro derecha - se ha establecido “de arriba hacia abajo” unas rutas o patrones políticos de las cuales se nos hace muy difícil escapar. Y, con las cuales, en teoría deberíamos estar - la gran mayoría - muy satisfechos. Como para tirar cohetes!
Si usted se ve tan representado con esta democracia y los políticos de turno (o la clase política hegemónica y de poder), ¿habría votado el 30-J? Por simple lógica, SÍ. Apoyarían a ésta, su democracia, en la cual cree. Por lo que, estarían dispuestos a hacer lo imposible por defenderla ante la amenaza de los ajenos al monopolio "de los dos". 
El caso es que esta premisa (o deducción), el 30-J no se cumplió, mire por donde se le mire.

¿Por qué?
A las frías cifras me remito analistas o agoreros de un futuro extremadamente difícil de predecir (muchos de ellos(as) hacen análisis de la realidad antojadizos, sacando cuentas alegres o torciendo los elementos y factores de la realidad), 10.000.000 de electores no votaron el 30-J.
Y eso, señores, el dato de los 10.000.000 representa un tremendo capital político que está ahí afuera expectante y esperando “buenas razones” para saber qué hacer en noviembre de 2013. Gente común y corriente, cabreada de la “fórmula de a dos”,y de los (malos) resultados políticos, interesada en saber y comprender más por qué es urgente cambiar – pero de verdad, no en el discurso demagógico y de papel - el actual orden institucional, social y político en el Chile del siglo XXI.

Lo dicho.


Miguel Arismendi G.                                                                                 

Editor de, “creando crítica, formando opinión pública para una nueva sociedad política”

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