EL GRAN DILEMA POLÍTICO, SOCIAL E INSTITUCIONAL A QUE NOS ENFRENTAMOS COMO SOCIEDAD.
L@s ciudadan@s decentes de este país, en su papel de ciudadan@s responsables y comprometidos con el presente y futuro de nuestras familias, barrios y comunas, nos preguntamos: ¿con qué LEGITIMIDAD y DECENCIA MÍNIMA se celebrará este
nueva farsa plebiscitaria constituyente, planeada para el mes de abril de 20-20?
Como se sabe, y para nadie es una mentira, quienes se han puesto al frente de esta tarea gracias a la presión de las movilizaciones sociales (las víctimas, los mutilados y los represaliados), son los mismos que por más de 1/2 siglo nos han estado estafando y mintiendo de forma compulsiva, sin asco alguno. A las pruebas nos remitimos.
Nos referimos a los gobernantes de turno, los partidos políticos tradicionales
y del poder (parlamentarios y alcaldes), y la clase económica, quienes hoy por hoy están más que en tela de juicio y al borde del precipicio.
Un dato nada más, ese 81% de rechazo a las instituciones (Encuesta CADEM) expresa razones de fondo para no otorgarle ninguna autoridad legal, institucional y cívica para la organización de un proceso que es determinante para el presente y futuro de nuestro país.
El plebiscito, si se ha de hacer, lo ha de hacer el pueblo, desde y para el pueblo.
NO MÁS ESTAFAS, NO MÁS ABUSOS, NO MÁS DESFALCOS DE CUELLO Y CORBATA.
NO MÁS CHEQUES EN BLANCO PARA LA CLASE DIRIGENTE (POLÍTICOS, INSTITUCIONES Y EMPRESARIOS), la que representa a las políticas neoliberales.
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